lunes, 6 de junio de 2016

Un paseo por Peñíscola

Ahora que se acerca el buen tiempo seguro que todos estáis cavilando dónde ir este verano de vacaciones. Hace unos días estuve en Peñíscola y la verdad es que es un pueblo muy bonito y cercano, sobre todo si te quedas en la zona del pueblo, si coges el hotel en el paseo marítimo y vas en pleno mes de agosto, seguramente os encontréis una realidad muy diferente.


Nosotros nos alojamos en un hotel de una estrella cerca del casco antiguo, pero sin estar en él, que se llamara Mare Nostrum. La ubicación es espectacular, porque puedes acercarte al casco antiguo en cinco minutos, pero a la vez estás en el pueblo, por lo que no tienes problemas para aparcar y tienes más opción de ocio y restauración. El hotel está bien y sobre todo llama la atención las vistas de su terraza, por lo que puedes desayunar todos los días con una preciosa imagen de su castillo. Por supuesto tienes multitud de oferta hotelera a lo largo de todo el paseo marítimo, por lo que escoger la que más se adapte a vuestras condiciones. 
Sin embargo, si decidís alojaros en un apartamento os recomiendo la agencia Orange Costa, la verdad es que tiene apartamentos de todos los precios, ubicados en las dos playas, con y sin piscina y el trato, por lo menos en nuestro caso, que hemos estado dos veces con ellos ha sido inmejorable.

 
Al margen de la playa de Peñíscola, deberéis dar una vuelta por el casco antiguo de la localidad. Lo que más llama la atención es su castillo, con sus preciosos jardines. Cuesta cinco euros entrar, aunque nosotros no lo hicimos porque la ir con la peque no estaba habilitado para carritos y era demasiada paliza. Justo subiendo para ver el castillo y sus murallas, os encontraréis el bufador, una curiosidad geológica que consiste en un túnel natural excavado en la roca y que cuenta con unas maravillosas vistas. También os ánimo a que veáis la Casa de la Conchas y el Museo del Mar. La entrada es gratuita y cuenta con varias embarcaciones, tres acuarios pequeños y se pueden ver diferentes especies de moluscos, que llaman la atención a pequeños y mayores.

Cerca de Peñíscola se encuentra la Sierra de Irta, la verdad es que nosotros fuimos pocos días y no  nos acercamos, pero si estáis más tiempo os lo recomiendo, así como el tren Peñíscola City Tour, que cuenta con cuatro rutas para conocer mucho mejor la localidad. Eso sí tened en cuenta que ninguna de ellas os enseña el casco antiguo. Cuesta 7,50 euros y podéis hacer dos rutas que duran alrededor de 40 minutos.
En cuanto a la restauración existe una gran variedad de restaurantes con precios diferentes, aunque muchos de ellos con cartas similares, es verdad que hacía mucho que no iba a la costa levantina y la verdad es que no ha cambiado mucho desde que yo era pequeña. Sin embargo, dentro de todo el panorama que existe se pueden encontrar grandes lugares donde degustar ricos productos.

Me gustaría empezar por la pizzería-heladera DolceVita, la verdad es que está en pleno paseo y después de pasar varias veces decidimos sentarnos a degustar una pizza y la verdad es que es una de las mejores que he probado en mi vida. Tiene la masa extra fina y va colmada de ingredientes, nosotros pedimos una de setas, varios quesos y bacon que estaba de muerte. Las setas pequeñitas que se integraban perfectamente con los ingredientes y el bacon cortado en lonchas muy finitas que se enlazaba increíblemente con el queso. También tengo que resaltar el sabor de sus helados, espectaculares, los mejores que comí en Peñíscola, no dejéis de probar el de leche merengada.
Sin embargo, para mí los mejores helados de Peñíscola, se toman en una calle justo al lado de la muralla del castillo en la heladería Antiu Xixona, por 5,50 euros te puedes hacer una copa de helado con nata y tus tres bolas de helado de favoritas, no dejéis de probar el dulce de leche, ni el de tres chocolates.

Otro lugar del que salimos bastante contento fue de la Pulpería, como su nombre indica es el lugar ideal para comer pulpo, lo hacen de diferentes manera, pero nosotros lo probamos a la gallega y la verdad es que estaba bastante rico y con un precio muy ajustado si se compara al resto de los sitios. También me gustaría nombrar a la Tasca Pata Negra, donde podéis degustar unas riquísimas tablas de embutido y quesos. Aunque parece caras, nosotros pedimos media tabla y con ella ya cenamos. También probamos las patatas rancheras, que son parecidas a las patatas bacon cheese fries del Foster, también ponen buen plato, por lo que las raciones son generosas y los dueños muy amables. Sin embargo si sois amantes del embutido, pero queréis un local más barto no dejéis de acercaros al Nuevo Jamón, se encuentra ubicado enfrente de la playa pequeña y tiene tablas a buen precio, lógiamente más pequeñas que en el anterior establecimiento y una sangría deliciosa, por cierto los bocatas están también exquisitos, pronto colgaré en el blog uno de sus especiales llamado Motoban, que está para chuparse los dedos.

Si vuestro presupuesto es limitado también os aconsejo que visitéis el gastrobar Zyssa, las pizzas son algo más baratas que en otros sitios y también diferentes, ya que su masa es más rústica y aunque está buena, me pareció que traían pocos ingredientes. Lo mejor los buñuelos de bacalao y os aconsejo que no toméis allí el helado, ya que en calidad difiere bastante a los de la zona. Y justo en la cera de enfrente se encuentra La Raspa, también con buenos precios y un lugar para los amantes del pescado y marisco, muy ricas sus sardinas ahumadas y sus chipirones.

Finalmente, no podía despedir este artículo sin nombrar uno de los lugares predilectos que son los establecimientos Lizarrán, hay uno en el paseo Marítimo y la verdad es que como siempre pudimos degustar unos pinchos geniales, había un rulo de langostino espectacular y otro de salmón y queso que era una maravilla, así que casi todos los días íbamos allí a tomar un par de pinchos, porque la terraza da a la playa y si no hace mucho calor se está genial. Y si queréis tomar pinchos no dejéis el establecimiento neska polita. Realizan pinchos parecidos a los del País Vasco y los jueves hacen pincho pote por lo que la caña y el pincho cuestan 2,50 euros y encima esta al lado de un parque así que a los que tenemos niños nos viene genial. Espero que os haya gustado mi paso por Peñíscola y espero volver en el futuro para contaros más lugares que visitar.





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