jueves, 16 de mayo de 2013

Egipto, un destino obligatorio para los amantes de la historia


Egipto es un país que tenía muchas ganas de visitar y lo pude hacer en 2009, mucho antes de que comenzarán las revueltas. El viaje nos salió muy barato, si tenemos en cuenta la calidad de los servicios y el precio. Como era un viaje que llevábamos planeando durante bastante tiempo, decidimos salirnos un poco de los circuitos normales y en vez de pasar ocho días con sus noches correspondientes, hacerlo en once días y disfrutar un poco más de las ciudades que nos encontrábamos por el camino. El viaje lo contratamos con la agencia Viajes Papiro y se denomina “Egipto y sus capitales”, aunque la verdad es que ahora está bastante más caro que cuando nosotros lo realizamos, pero nuestro caso fue especial, ya que fuimos unos de los primeros viajeros en disfrutarlo.
Llegamos directamente a El Cairo y allí tuvimos uno de los peores problemas del viaje, y es que nos habían mandado las maletas directamente a Luxor y no íbamos hasta el día siguiente. Menos mal que siempre llevamos algo de muda en la mochila y pudimos cambiarnos al día siguiente sin problema. Lógicamente ese fue un problema del aeropuerto de Barajas que directamente las mandaron donde quisieron. No me acuerdo del nombre de algunos hoteles, ni del barco, pero sí que deciros que en vez de la opción más barata que nos ofrecía la agencia, escogimos la siguiente por si acaso, y no tuvimos ningún problema.
La primera jornada la empezamos a lo grande, visitando el recinto de las pirámides de Kefren, Keops y Micerinos, así como la Gran Esfinge. Aunque la visita entraba dentro del circuito, si luego querías entrar a las pirámides lo debías pagar a parte, no me acuerdo exactamente lo que era, pero no costaba mucho. Además, no siempre puedes entrar a la pirámide que quieres, ya que no todas están abiertas al mismo tiempo, nosotros decidimos hacerlo en la de Keops, que tiene unas escaleras muy empinadas para bajar y llegas a una sala en la que se supone que en su día estuvo el faraón. Lógicamente tiene un fuerte olor a cerrado, pero no hay nada, si quieres ver algo más como sarcófagos o momias te tienes que acercar a los museos que hay en las diferentes ciudades. La verdad es que si merece la pena entrar a una de las pirámides, aunque no lo aconsejo para las personas que tienen claustrofobia. Tras dar una vuelta por todo el recinto y pasar allí varias horas, nos dirigimos al aeropuerto para tomar un vuelo a Luxor, ya que al día siguiente comenzaba nuestro crucero por el Nilo.
Cuando llegamos a Luxor y tras visitar el hotel decidimos dar un paseo por la ciudad en un coche de caballos. La verdad es que no fue una experiencia muy agradable, ya que lo único que hizo el guía fue sacarnos el dinero. Primero nos llevo a una tienda con especias, donde nos timaron cobrándonos más de lo normal, pero como el sitio no tenía muy buena pinta decidimos comprar algo para no tener problemas. Luego nos llevó a otro lugar de regalos, allí los precios eran más normales y había muchos turistas, por lo que no hubo problemas. Lo que más me gusto fue dar una vuelta por la ciudad de Luxor y ver el ambiente que se respiraba en cada una de sus calles. Además, ver las ruinas iluminadas por la noche es impresionante. Finalizamos el trayecto en  nuestro hotel, también nos intentó estafar a la hora de pagarle, pero le dimos lo convenido y nos fuimos.

Al día siguiente, desayunamos en el hotel y antes de coger el crucero tuvimos tiempo para dar una vuelta por Luxor y visitar su museo. Es uno de lo lugares que más recomiendo de Egipto, ya que apenas hay gente, porque los turistas no están apenas tiempo en esta ciudad, por lo que lo puedes verlo más tranquilamente que el museo de El Cairo. Lo único que no se pueden hacer fotografías por eso no os lo puedo mostrar. Además, puedes ver de cerca varias momias, a mi personalmente fue lo que más me impresionó por lo bien conservadas que están. Tras visitar al museo nos dirigimos al hotel para recoger las cosas y comenzar el crucero por el Nilo.
Tras la primera noche en el crucero, para los que sean propensos a marearse, que no se preocupen, porque la verdad es que cuando montas en el barco sí que se te va un poco la cabeza, pero enseguida te acostumbras, fuimos a ver el Valle de los Reyes, donde se encuentran las tumbas de los faraones. Hacía mucho calor y pudimos entrar en varias tumbas. Son espectaculares cada uno de los jeroglíficos que aparecen tallados en las paredes, aunque no puedo mostraros ninguna imagen, ya que está prohibido realizar fotografías.

A continuación, visitamos los enormes Colosos de Memnon y el templo de Luxor, que se encuentran en el corazón de la ciudad. El templo es mucho más bonito con la iluminación que tiene por la noche, pero por desgracia no se puede visitar, pero de día también es impresionante, entre otras cosas el paseo lleno de esfinges que unen este templo con el de Karnak, que es el siguiente que visitamos y uno de los más grandes del mundo.
Tras estas excursiones volvimos al barco para continuar con la navegación hacía Aswan. La verdad es que fue un día bastante agotador, pero merece la pena hacerlo. En el circuito te levantan a horas muy tempranas, sobre las cinco de la mañana, para intentar que pases en el menor calor posible, por lo que por las noches sueles estar bastante cansado, no obstante en los cruceros realizan diferentes fiestas para entretener a los turistas.

Al día siguiente nos esperaba el templo del dios Horus, que es uno de los mejor conservados de Egipto, además te llevan en unas calesas con caballos lo que resulta bastante curioso. Tras la comida en el barco visitamos el tempo de Kom Ombo. En este lugar al igual que en el resto de los templos donde paráis tenéis numerosas tiendas en las que podéis comprar vuestro souvenirs, aunque si no es algo que os llame mucho la atención, yo os recomiendo que compréis casi todo en el mercado de El Cairo, ya que tiene precios muy competitivos y así lo compráis al final del viaje y no tenéis que ir cargados.

La siguiente jornada  nos despertamos más tarde que el resto del grupo, ya que ellos fueron a ver Abu Simbel, pero nosotros teníamos noche allí, por lo que nos enganchamos con ellos cuando fueron a ver la presa de Aswan y así no tuvimos que madrugar tanto. Esta presa es la más importante de Egipto y un enclave de vital importancia para el desarrollo del país, aunque la verdad es que allí no hay mucho que ver. Tras esta visita fuimos a ver el obelisco inacabado, aunque llama mucho la atención, el problema que existe allí es el fuerte calor que hace, ya que está más al sur que el resto de las excursiones y hubo gente que hasta se mareo de las altas temperaturas.
A continuación, hicimos un paseo en un típico barco de pesca del Nilo, denominado Faluca para ver este impresionante río desde otro punto de vista. Luego el guía nos ofreció hacer una excursión al templo de Isis, pero nosotros decidimos hacerla a nuestro aire y la verdad es que fue toda una aventura y nos lo pasamos muy bien. Primero contratamos un coche para que nos llevara al embarcadero para coger un barco que nos dejará en la Isla de Philae, que es donde se encuentra esté templo. Tanto el taxi como el barco apenas cuestan dinero sobre todo si vais en grupo, así que os sale mucho más barato que contratar la excursión y el templo de Isis merece la pena, ya que es diferente a los que se han visto con anterioridad.
La jornada la finalizamos visitando el pueblo Nubio. Esta excursión también te la ofrecen, pero también decidimos realizarla a nuestro aire y la verdad es que la gente es muy hospitalaria por lo que  no tendréis ningún problema. En cuanto llegas allí se desviven por ti, te enseñan sus hogares, así como los animales que tienen y existen varias tiendas donde puedes comprar casi de todo. Además, te ofrecen sus camellos por si quieres darte una vuelta. Cuando se hizo de noche decidimos volver al barco para continuar con nuestro crucero, ya que era nuestra última noche. Existen otros viajes donde continúa el crucero por el lago Nasser, pero nosotros lo terminamos aquí.
Al día siguiente, cogimos una furgoneta que nos llevo a Abu Simbel, allí hacíamos noche, por lo que nos dejaron en el hotel y luego nos vinieron a recoger para ir a ver los templos dedicados a Ramses y Nefertiti. La verdad es que es lo más impresionante de Egipto, según vas bajando la cuesta puedes ir vislumbrando poco a poco el templo de Ramses que te deja con la boca abierta; aunque lo que más destaca es el exterior de los templo también se pueden ver por dentro, sin hacer fotografías. Además, nosotros al contratar allí la noche lo pudimos ver por la tarde, ya que dicen que si lo contemplas al mediodía te asas de calor.
En nuestro viaje también entraba la asistencia a un espectáculo de luz y sonido, algo asombroso que os recomendaría que nos perdieseis. Una vez terminado nuestro periplo por este templo volvimos al hotel Seti Abu Simbel, donde cenamos una deliciosa carne asada y nos fuimos a dormir. El hotel lo estaban reformando, pero tenía unos grandes jardines y la comida que servían eran bastante buena, así como las habitaciones. Aunque no me acuerdo de los nombres de los hoteles de Egipto, la verdad es que no tuvimos ninguna pega.
Al día siguiente nos trasladaron de nuevo a Aswan donde nos llevaron a uno de los mejores hoteles que he estado en mi vida, Movenpick resort. Es un lujo en todos los sentidos, el establecimiento se encuentra en una isla, pero no hay problema para desplazarte a la ciudad, ya que hay un barco que te lleva y te trae. El jardín es asombroso, así que como las habitaciones, por lo que es una auténtica delicia, sobre todo cuando necesitas descansar bien después de tantos días de ajetreo. Nosotros ese día nos decidimos acercar en lancha hasta el Jardín Botánico y por la noche cruzar el río para ir a la ciudad y cenar en un McDonald´s. Allí este tipo de establecimientos tienen casi los mismos precios que en occidente, por lo que son muy pocas las personas que se lo pueden permitir.
Al día siguiente, tras desayunar nos trasladaron al aeropuerto para coger un avión y llegar al Cairo, donde pasaríamos dos días más. Como ese día estábamos bastante cansados decidimos dar una vuelta por las cercanías del hotel, así como intentar acercarnos a ver de nuevo las pirámides, lo que ocurre es que allí cuando sales de los hoteles parece que alguien te sigue, pero en realidad es para protegerte; no obstante, a mi me daba más inseguridad que seguridad, por lo que pronto decidimos volvernos al hotel, donde pudimos ver la celebración de una boda.

En nuestra estancia en El Cairo decidimos hacerlo todo a nuestro aire en vez de contratar excursiones con la agencia. Contratamos a una taxista que nos llevó a los lugares más emblemáticos de la ciudad. En total por contratar un taxi para dos durante dos días nos salió por algo más de 30 euros, es un poco caro, ya que la gente allí lo conseguía por menos dinero, pero yo regateando y encima en inglés saque lo que pude. El primer lugar que visitamos fue el museo de El Cairo, a mi me decepcionó bastante, ya que hay mucha gente y todo está muy apelotonado y poco cuidado, aunque merece la pena verlo por el tesoro de Tutankamón. Luego estuvimos visitando varias mezquitas de la ciudad. Daros cuenta que aquí ocurre lo mismo que en Turquía y en otros  países árabes, por lo que no os olvidéis de llevaros falda o pantalón largo y camisetas que no sean de tirantes para poder entrar en las mezquitas. La más famosa es la que se encuentra en la Ciudadela de Saladino y se llama mezquita de Muhammad Alí o de Alabastro. Está en una zona alta de El Cairo, por lo que desde allí podéis divisar la ciudad.
Tras una jornada muy ajetreada volvimos al hotel para el día siguiente continuar nuestras excursiones. El primer lugar que visitamos fue la pirámide de Zoser, que se encuentra fuera de El Cairo. El principal atractivo de esta zona es que es un pirámide diferente a las demás, ya que es escalonada, además pagando la entrada (que es muy barata) te dejan entrar y tiene más recovecos que las que las grandes pirámides, por lo que yo recomendaría entrar a esta. Luego nos acercamos a ver la pirámide Roja, lo más característico es su color, como su propio nombre indica, pero no tiene nada de especial, por lo que si no tenéis tiempo os la podéis saltar sin problema.
Una vez vistas las dos pirámides regresamos a El Cairo para adentrarnos en el Barrio Copto, que es donde se pueden visitar varias iglesias cristianas, algo que es curioso de ver teniendo en cuenta que la mayoría de los egipcios son musulmanes. Como no podía ser de otra manera nuestra visita terminó en el mercado de El Cairo llamado Khan El Khalili. Como ya os conté en nuestro viaje a Turquía a mi no me gusta nada regatear y me lleve una mala sensación del Gran Bazar. Sin embargo aquí nos habían hablado de  un tienda llamada “El Jordi”, donde te hablan en español, puedes comprar toda clase de souvenirs y encima no hay que regatear. No sabíamos muy bien como encontrarla, pero nos dijeron que en cuanto preguntáramos por ella, y más siendo españoles, alguien nos llevaría. Justo nada más entrar al mercado se nos acerco un chico que nos dijo que si queríamos ir al Jordi y el nos condujo hasta una tienda que se encontraba en un segundo piso donde había un hombre sentado fumando en pipa que nos ofreció algo de beber y en español nos señaló tres tiendas en las que podríamos comprar casi de todo a precios fijos; así que allí nos pasamos varias horas comprando los famosos cartuchos de plata, tazas, camisetas y un sin fin de cosas más. Por lo tanto no os puedo contar mucho del mercado, porque la verdad es que yo no necesite ir a más tiendas, eso sí a los que os guste regatear podéis pasaros allí horas visitando y disfrutando del mercado. Nuestro viaje termino al día siguiente cogiendo una avión que nos traería a España.

1 comentario:

  1. Hola, Laura.

    De parte de todo el equipo, decirte que nos ha encantado leer el relato de vuestro viaje.
    Nos alegramos de que disfrutarais de vuestro viaje a Egipto.
    Gracias por tus palabras, que nos animan a seguir esforzándonos para poder ofreceros las mejores opciones para vuestros viajes.

    Un saludo,
    El Equipo de Viajes Papiro

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