martes, 5 de febrero de 2013

Comer y beber en una sidrería vasca


Parece que cuando hablamos de sidra en España la mente siempre nos lleva a una Comunidad Autónoma, Asturias. Sin embargo, no es así, ya que en el País Vasco, y sobre todo en San Sebastián, realizan también su época de la sidra, que va desde el fin de semana del 20 de enero hasta mediados de abril. 
Desde hace casi diez años un grupo a amigos subimos todos los años a una sidrería el tercer fin de semana de enero para disfrutar de esta rica bebida y de los deliciosos manjares que se ofrecen en estos establecimientos. El menú que se degusta, aunque varía de unos lugares a otros no cambia en lo esencial: De primero una riquísima tortilla de bacalao, seguido de bacalao con pimientos verdes y un rico chuletón asado a la parrilla acompañado de pimiento rojos; para finalizar se saca queso Idiazabal, membrillo y nueces. En alguna ocasión nos han puesto chorizo a la sidra o panceta, pero el típico menú es el descrito anteriormente. Os recomiendo escoger sidrerías que únicamente se dediquen a eso y no sean también restaurantes, ya que restaría autenticidad a la tradición. El precio del menú oscila entre los 24 y los 30 euros.


 Todo los manjares descritos están regados de la deliciosa sidra que está almacenada en kupelas y que puedes degustar toda la que quieras. La tradición dice que cuando alguien quiete tomar sidra debe decir “Txotx” y todos aquellos que quieran llenar su vaso se arriman a las kupelas abiertas y lo colocan a cierta distancia para que la sidra rompa directamente en el vaso y le ofrezca ese sabor tan peculiar.


La zona de sidrerías es muy extensa, sin embargo las mejores se encuentran en el área de Astigarraga, cerca de San Sebastián. Allí es donde más sidrerías se concentran y existen algunas antiguas en las que se puede disfrutar de la tradición propiamente dicha. No obstante, ahora han proliferado por casi todo el País Vasco y también  podemos encontrar en Álava, aunque suelen ser distintas. En esta provincia nosotros hemos estado dos veces, el pasado fin de semana y hace un par de años donde las kupelas en vez de ser de madera como suele suceder, eran de metal y se encontraban en otra habitación lo que restaba cierto encanto a la sidrería. 

Este año la sidrería se encontraba en la localidad de Amurrio (Álava) y se llamaba Iarritu. No está ubicada en el mismo municipio, si no en uno de sus barrios que se denomina Lezama. No es fácil de encontrar, ya que hay que desviarse por un cruce y subir una gran cuesta así que lo mejor es que preguntéis en el pueblo. El precio del menú es de 24 euros por persona. La calidad del menú era buena, sin embargo la cantidad era más escasa que otras veces. La sidra también tenía un buen sabor y había dos kupelas, mientras que en otras en las que hemos estado existe más variedad de barricas y por lo tanto puedes catar mayor número de sidras, pero sobre todo eso sucede en la zona de Astigarraga; por eso en un primer momento he recomendado que os acercarais hasta allí.

La casa en la que nos alojábamos también estaba en el barrio de Lezama y se llamaba Casa Usko. Tiene cuatro habitaciones, una cocina, un comedor, una piscina e incluso pista de tenis. Nosotros fuimos diez y nos costó 410 euros el fin de semana con el uso de todas las instalaciones.
Al municipio de Amurrio nos acercamos tanto el sábado como el domingo. Es un pueblo grande, el problema es que no hay mucha animación para el número de habitantes que tiene. Estuvimos tomando algo en el bar El Crucero y luego nos acercamos a la Bodeguita, donde pudimos disfrutar de un camarero que  nos hizo varios trucos de magia y pasamos un buen rato.

No obstante, una de las mayores experiencias del viaje fue el mercado de San Antón que este año se celebraba en Amurrio el domingo 20. Desde primera hora de la mañana los comerciantes montan sus puestos en los que puedes encontrar multitud de productos sobre todo de alimentación desde numerosos quesos hasta cremas de orujos, pasando por conservas. Nosotros adquirimos un queso curado que está de muerte y una crema de orujo de mora. Para comer nos decantamos por chorizo, cecina de potro y salchichón. La cecina de potro era muy suave y el chorizo tenía un sabor exquisito. Además, en la plaza se realizaba la rifa del cerdo de San Antón, donde se podía pujar por los distintos productos del animal. A los visitantes que les entraba hambre, mientras recorrían el mercado, podían disfrutar de los tradicionales talos, que son unas tortas de maíz rellenas que se comen mucho en el norte. 

Tras degustar los productos del mercado decidimos ir a visitar la localidad de Orduña, donde hay una cascada espectacular, sin embargo por las inclemencias meteorológicas no la pudimos ver, pero estuvimos dando una vuelta por su plaza y por sus calles, donde existen numerosos bares donde realizar una parada. Aunque estuvimos en varios el que más me gusto fue el Sortetxe, donde se pueden degustar cócteles desde cuatro euros, yo por ejemplo probé el daiquiri de fresa, aunque para los que quieran degustar tapas también tenían una pinta maravillosa. Tras nuestra tarde en Orduña pusimos rumbo a Bilbao, aunque eso lo dejo para un artículo posterior. Espero que os haya gustado y os animéis a visitar las sidrerías del País Vasco; os aseguro que no van a decepcionaros y repetiréis.


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